¿Vendrán tiempos mejores para la F-1?
Punto y final para la temporada 2015 de la Fórmula 1. Acaba el Mundial y no lo hace con buenas sensaciones para mí. Un año anodino, carente de emoción, con poco espectáculo en pista y rendimiento discreto para los pilotos españoles, siempre condicionado por las limitaciones de sus mecánicas. Hamilton me parece un campeón dignísimo pero en absoluto deslumbrante, mi impresión es que el titulo ha sido suyo como podía haber recaído en cualquier otro piloto al volante de un Mercedes imbatible; sobre el desastre de Alonso con el McLaren-Honda poco se puede decir que no se haya dicho ya: decepción tras decepción hasta la derrota final; el debut de Sainz debería haber sido mucho más provechoso, acorde con su talento, de no mediar la fragilidad de un Toro Rosso que parecía construido en cristal; y en cuanto a Merhi, quizá haya sido lo más positivo de la campaña, ya que ha vivido instalado en la provisionalidad para casi completar una campaña de carreras.
Con este balance un tanto deprimente sólo nos queda el recurso de pensar que vendrán tiempos mejores para este deporte. Lo que no me atrevo a pronosticar es cuándo. Me gustaría cargarme de optimismo y pensar que será ya en 2016, pero me parece poco honesto elevar a la categoría de realidad un simple deseo personal. Es más, sigo creyendo que no es descartable una espantada de Alonso en el supuesto de que el caos de su equipo se prolongue. Ojalá Sainz y Merhi sigan creciendo en la F-1, porque ellos son el futuro del automovilismo español más allá de cómo acabe la trayectoria del asturiano. Pienso que lo de inquietar a Mercedes volverá a ser difícil (veremos con las nuevas normas de 2017), las esperanzas de espectáculo y emoción pasan por la continuidad en una evolución de Ferrari que tampoco termino de ver absolutamente determinante. Y por si todo esto fuera poco en un panorama inquietante, en España decimos adiós a las transmisiones televisivas en abierto, llega una época de pago por visión que veremos cómo influye en la popularidad de los grandes premios.