P. P. San Martín

Benítez, mal; el Madrid, acobardado

Benítez se la jugó: prescindió de Casemiro, su jugador ‘del equilibrio’, para buscarle sitio a Benzema en compañía de Bale y Cristiano. Entregó la bisagra del equipo a Modric y Kroos, a la vieja usanza, pero sin energía ni potencia para echarle un pulso a la medular del Barça. Aquí ganó Luis Enrique, en la figura sobre el campo de Iniesta como líder del grupete que formaban Busquets, Sergi Roberto y Rakitic. Entre los cuatro burlaron la presión alta del Madrid, tocaron cuanto quisieron (71% de posesión hasta el 15’) y fabricaron goles para Luis Suárez y Neymar. No hacía falta Messi para arrollar.

El Madrid se arrugó, impotente, con miedo al balón. Varane naufragó, Ramos no daba un pase y Danilo era un títere a pies de Neymar. Pero de la mitad para arriba, algo similar: Bale no la olía, James estaba bloqueado y Cristiano, desarmado. Lo peor es que Benítez no mostró reacción táctica y tampoco sus jugadores la bravura y entrega requerida.