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Chile se descompone

Chile. Desde que abandonó los vestuarios del Nacional de Lima dejando tras de sí una pintada de mal ganar —“por aquí pasó el campeón de América”— Chile no levanta cabeza. Al contrario, se descompone. Un mes después de la fantasmada que le aupaba en lo alto del clasificatorio sudamericano para Rusia 2018, el equipo ha dejado de ganar (empate en casa ante Colombia e inapelable goleada en contra en Montevideo) y todas las piezas que lo llevaron a lo más alto del continente en julio se le van cayendo en pedazos. Los sucesos, algunos delirantes, se precipitan en el fútbol chileno.

Sergio Jadue. Abandonaba ayer Chile por la puerta de atrás y a la carrera, desencajado, rumbo a Estados Unidos. Allí le espera, según lo que sostienen sus excompañeros de directiva, el FBI, ante el que se habría arrodillado bajo la fórmula de delación compensada con el escándalo de corrupción en la CONMEBOL de fondo. Sergio Jadue ya no es el presidente de la Federación. En cinco días le han tumbado los clubes. Dijo el jueves muy gallito que se quedaba, al tiempo que declaraba una guerra a sus detractores, y a las pocas horas estaba huyendo con la bandera blanca alzada. Algo contundente le dijeron sus pares. O más bien le descubrieron. El timonel que llevó a Chile a ganar la Copa América ya es pasado.

Jorge Sampaoli. Si en los mejores momentos jugó a ponerse en el escaparate y exhibir sus ganas de dejar la Roja, ahora, en una situación de verdadera inestabilidad, la salida del técnico se da por descontada. Y el propio Sampaoli no ha sabido negarla desde que se adivinó el final abrupto de Jadue. Tampoco tras la derrota ante Uruguay, aunque ahí tibiamente al menos lo intentó. El presidente era su principal valedor, su gran aliado, tal vez su único asidero. Ni siquiera es importante el destino, por más que la selección argentina (más allá de que Martino salvara la cabeza en Barranquilla) le aguarde con los brazos abiertos. Quedan conversaciones, cláusulas por negociar y tiempo (hasta marzo no hay partido). Pero una era gloriosa huele a punto final.

Paredes. No es un pilar de la selección, aparece y desaparece de la lista, pero no tiene peso. Pero sí en la liga local, donde es el máximo artillero del líder, el Colo Colo, y referente indiscutible. Esteban Paredes, uno de los jugadores mejor pagados del fútbol chileno, un sueldo de 30.000 euros al mes. Un delantero que apareció el domingo esposado ante el juez, y por extensión el lunes en las portadas de todos los periódicos, por comprar tres televisores robados a precio de ganga para revender dos. Un emblema millonario que ensució su imagen (en Chile te llames como te llames, los delitos no se tapan) por ahorrarse 3.000 euros. El retrato del futbolista chileno.