Del Jaguar averiado al clásico Seat
Algunos que siempre vimos a la Real como un club diferente estábamos equivocados. Sus 21 entrenadores en las últimas 21 temporadas (tuvo sólo 23 en las anteriores 85) demuestran que el romanticismo quedó atrás. Ahora ya es un club más, uno de esos con director deportivo vivelavida y presidente con pretensiones de entrenador. La concatenación de absurdeces ya condujo a la Real con otra gente a Segunda hace bien poco y parece que nadie aprendió de aquellos errores. No hay más que comprobar el despropósito que ha supuesto la apuesta y posterior renuncia de Moyes.
Moyes vivía a gastos pagados en el mejor hotel de la ciudad, el María Cristina, con taxi en la puerta a su disposición. No tuvo ni la necesidad ni la desvergüenza de aprender una sola palabra de castellano. Lo peor, sin embargo, se vio en el campo. Su incapacidad para conectar con la plantilla le convirtió, haciendo un símil, en un lujoso y caro Jaguar averiado en el garaje. Ahora la solución del club es otro bandazo, un giro inesperado hacia Eusebio, algo así como un Seat Córdoba de segunda mano, siguiendo el paralelismo anterior. La Real se desfigura y, mientras, hay dos técnicos guipuzcoanos en la Champions (Emery y Lopetegui). Durísimo.