El City de Villa, sin técnico y pensando ya en el futuro

Esta semana el New York City anunció oficialmente el despido de Jason Kreis, o según ellos, “Kreis dejó su puesto”. El discurso del City lleno de eufemismos no puede ocultar la gran desilusión de su primera aventura en la MLS. Lo lamentable es que la falta de cohesión del equipo neoyorquino fue evidente desde el inicio y durante toda la temporada no se supo cómo remediarlo. O mejor dicho, se pensó que todo se solucionaría de alguna manera echándole dinero, mucho dinero. El problema es la desenfocada gestión desde lo alto de la organización, donde se ha valorado más la fachada del club que los cimientos del buen fútbol, y ahora han empezado a cortar cabezas desde abajo.

En la breve historia de la MLS, ningún equipo había acaparado tantas expectativas como el New York City. Por estar en la capital mediática del mundo, por la multimillonaria inversión del City Football Group con los Yankees de Nueva York, por empezar a crear el equipo fichando al máximo goleador de la Selección española, David Villa, con Frank Lampard, y más tarde a otro campeón del Mundo, Andrea Pirlo. Se contrató a Jason Kreis para que replicara su gran éxito con el Real Salt Lake, que durante los siete años bajo su mandato ganó el campeonato MLS en 2009, subcampeonato en 2013, y un subcampeonato de la CONCACAF Champions League en 2011.

Sobre el papel eran muchas las razones por las que se esperaba una temporada gloriosa, puesto que estaban presentes todos los componentes favorables para la creación de una entidad futbolística de clase mundial. Pero no ha sido así, y en la gran desilusión colectiva, especialmente de los cerca de 20.000 socios que llenaban el Yankee Stadium cada partido, se buscan explicaciones o culpables.