Rossi se arrepiente justo de lo que debe hacerlo
Fue poco lo que Rossi dijo sobre lo ocurrido en Sepang durante la rueda de prensa del jueves en Valencia. Carmelo Ezpeleta pidió a los protagonistas de este gran premio tan especial que enterrasen el hacha de guerra (al menos hasta el lunes) y por el momento están cumpliendo con el deseo del jefe de Dorna. Aunque el italiano sí reconoció que sólo se arrepentía de una cosa: de haber abierto su trazada en el duelo con Márquez. Y me alegró escucharlo porque creo que es justo lo que nunca debió hacer, una maniobra que originó todo el cataclismo que vino a continuación. Durante estas dos polémicas semanas he mantenido que, según mi criterio, lo más grave no fue que Valentino moviera la pierna y forzase la caída de Marc; en todo momento he considerado más antideportivo que buscara una situación límite del modo que lo hizo.
Cuando El Doctor aminoró la marcha, alargó la línea que llevaba su Yamaha y miró por dos veces a su rival, personalmente ya tenía muy claro que allí algo iba a suceder. En su desesperación decidió acabar con una batalla que le superó. Y esperar en pista a quien tanto le estaba incordiando sólo podía traer consecuencias nefastas. Se cayó el español como pudo acabar por el suelo el italiano o incluso haberlo hecho ambos. Pero semejante desafío, tal brindis al sol, inevitablemente era un polvorín que sólo precisaba de una chispa para estallar. Esa chispa fue que Rossi tocará a Márquez en la maneta de freno para tirarle. La pólvora ya estaba esparcida desde algunas vueltas antes y creo que Dirección de Carrera debió ser más dura con el 46 precisamente por eso, no tanto por una reacción sin duda peligrosa como por una actitud beligerante, impropia de deportistas que se juegan la vida. Así que hace bien Rossi en arrepentirse de haber tensado la cuerda hasta llegar a romperla…