Una nueva era: el Espanyol está más vivo que nunca
Empieza una nueva era en Cornellà-El Prat y sólo el tiempo dirá si acaba construyendo el Espanyol que todos soñamos. La venta ha dejado de ser una quimera y se ha tornado en una plausible realidad. Debo reconocer que siempre he tenido muchas dudas acerca de la misma, no en vano llevamos 115 años de historia ligados a una realidad vinculada a manos periquitas —con guerras intestinas incluidas—. Una apuesta seguramente necesaria para la supervivencia de la entidad, a quien la espada de Damocles de la ruina económica amenaza casi aún más que la guillotina de Robespierre en plena Revolución Francesa.
No nos volvamos locos. La llegada de Chen Yansheng debe ser progresiva, por etapas y sobre todo, bien planificada. No caigamos en el error de actuar como un nuevo rico, ya hay ejemplos nefastos de las consecuencias económico-futbolísticas de dichas actuaciones. Pido una hoja de ruta, con decisiones adecuadas acerca de cómo gestionar la nueva inversión patrimonial. No queramos empezar la casa por el tejado hablando de fichajes rimbombantes y de inversiones multimillonarias a realizar en apenas dos o tres meses. El futuro del club pasa por solventar en primer lugar su acuciante situación económica, ponerse al día de pagos con los entes públicos y reestructurar su inmensa deuda. A partir de ahí, empezaremos a hablar de proyectos deportivos.
La sensación de fin de ciclo acuciaba el entorno desde hace ya unos cuantos años. Con un modelo de gestión absolutamente agotado y con una ruta económica más parecida al santo y seña rugbístico del “patada a seguir”, este nuevo horizonte se presenta lleno de esperanzas en un territorio muy ávido de nuevos éxitos y hastiado de una travesía eterna por el desierto de la mediocridad.
El Espanyol está más vivo que nunca. Se abre un nuevo panorama, una nueva era que hay que gestionar con más prudencia e inteligencia que nunca. Hemos aprendido a gestionar la miseria y ahora toca aprender a gestionar el patrimonio, algo que aún genera más responsabilidad. Nueva vida para todos. Ahora más que nunca toca gestionar muy bien para conducir al Espanyol a las cotas que se merece. ¡Zàijiàn, pericos!