Rossi ha encontrado la horma de su zapato con Márquez
Llevamos unos días intensos tras lo ocurrido en Sepang entre Rossi y Márquez. Personalmente, estoy leyendo y escuchando mucho al respecto, además de cotejando la opinión de algunos expertos que saben de motos bastante más que yo, algunos de ellos muy próximos al entorno de los implicados. Como ya dije el domingo, la situación es triste para todos, obviamente nadie puede sacar una lectura positiva de lo que se ha convertido en la noticia del año en el Mundial de MotoGP. Me encuentro con valoraciones variadas sobre la polémica, aunque hay una concreta en la que existe cierta coincidencia, caiga del lado que caiga el criterio: gran parte del problema surge porque Valentino ha encontrado en Marc la horma de su zapato y es así como se mueve en un terreno que le resulta desconocido y le empuja a actitudes tan inexplicables como la del pasado domingo.
En este terremoto deportivo e informativo nos hemos cansado de oír que Rossi es un maestro de la estrategia, casi tan hábil fuera de las pistas como dentro. Y es verdad. Ha sabido manejar con acierto (o al menos con éxito) situaciones complicadas a lo largo de su trayectoria en los grandes premios, anulando prácticamente a pilotos de la calidad de Max Biaggi, Sete Gibernau o Casey Stoner. Lo que sucede es que con Márquez es bien diferente. Por su posicionamiento en el Mundial, por su juventud, por su palmarés, por su talento, por su ambición, por su valentía, por su agresividad, por su proyección, por su popularidad… El dibujo que nos ofrecen todos estos ingredientes se parece tanto al propio Vale que su gran equivocación ha sido no medir los riesgos de lanzarse a una guerra abierta y cruenta con tamaño personaje. Me cuentan que tras las declaraciones de Rossi en Sepang, acusando a Márquez de ayudar a Lorenzo, alguien de mucho peso en el campeonato comentó en privado algo así como “no sabe con quién se ha metido”. Ese error de cálculo ha sido como acercar una cerilla a un bidón de gasolina, incendio garantizado…