Siempre nos faltará el rugby
La Copa del Mundo de rugby ya tiene finalistas: Nueva Zelanda y Australia. Por primera vez, dos países de un mismo continente: Oceanía. Como también por primera vez, todos los semifinalistas eran del hemisferio sur. La vieja Europa ha sufrido un serio descalabro. Precisamente en la edición que se celebraba en Inglaterra. Argentina, por cierto, sigue ahí. Argentina se muestra como una de las grandes potencias del deporte a nivel de selecciones. Ha sido dos veces campeona mundial de fútbol; de baloncesto, una y otra más olímpica; en rugby fue tercera en 2007. Sólo Francia ha subido también a estos tres grandes podios. Nosotros podemos añadir balonmano —como Francia—, waterpolo, hockey, fútbol sala... pero nos falta el rugby.
El rugby siempre será nuestra asignatura pendiente. En este Mundial, de Europa entraron los equipos del Seis Naciones, más Rumania y Georgia. Junto a Rusia y Portugal, son nuestros rivales directos para subir de escalón en el rugby europeo y poder disputar el Mundial. Ya lo hicimos en 1999, y el resultado fue 27-15 con Uruguay, 47-3 con Suráfrica y 48-0 con Escocia. Nos falta un pequeño empujoncito, que no acaba de llegar, para entrar de nuevo en el Mundial, una competición grande donde las haya. Enfrenta tradicionalmente a los dos hemisferios y llega a movilizar 3.000 millones de euros, contabilizando el impacto económico, los derechos audiovisuales y los patrocinadores. Hay motivos para tomarse en serio lo del rugby.