Fantasía en la medianoche

El Estrella Roja no es que sea un gran equipo. Pero es serbio, lo cual siempre es garantía de competitividad; la pasada temporada, en la Euroliga, superó la primera fase, en la que ganó sus dos partidos al Baskonia y al Valencia. Sirva esto para valorar la victoria del Madrid anoche. Una victoria que rozó la fantasía en la medianoche. Fantasía, porque el 22-6 del primer cuarto, más el 34-14 del segundo, incluso el 26-21 del tercero, fueron la consecuencia de un baloncesto fantástico. No levanta el pie en el último cuarto (16-30) y ahora estaríamos hablando de la mayor diferencia conseguida en un partido de la Euroliga. Lo que era un escandaloso 82-41 a falta de diez minutos, se quedó en un soberbio 98-71, pero que supo a poco.

Y fantasía en la medianoche, porque el partido acabó al borde del nuevo día. Aficionados hubo que llegaron a sus casas pasada la una de la madrugada. ¿Es que no hay otra hora para jugar al baloncesto? Eso se preguntaban los aficionados madridistas. Canal + quiso evitar que los partidos del Unicaja (fantástica su victoria en Israel) y del Madrid se solaparan, y el Madrid tuvo que elegir: las seis de la tarde o las diez de la noche. Por lo que se ve (o por lo que paga su televisión), el Maccabi no negociaba su hora, las ocho de la tarde. El Madrid cambió, se fue a una hora fantasma y comenzó dando un recital, con Carroll y Hernangómez enormes. Lástima que sus compañeros luego no les siguieran. Podrían haber hecho historia.