Populismo deportivo en Madrid

Javier Odriozola, director de Deportes del Ayuntamiento de Madrid, se ha metido en un lío. Es hermano de José María, presidente de la Federación Española de Atletismo, y fue subdirector con Lissavetzky en el CSD. Después de quedarse descolgado, encontró acomodo en la dirección de Deportes tras los pactos entre Ahora Madrid y PSOE. Su primera actuación ha sido fijar unos criterios para regular las carreras populares en la ciudad. “Para proteger los intereses de los ciudadanos participantes se tendrá en cuenta para la autorización del evento, la aceptación por parte del organizador de un precio máximo por dorsal”. El precio es de 80 céntimos por kilómetro, es decir, 8 euros para carreras de 10 kilómetros y 32 para la maratón.

Los gastos de una carrera son cuantiosos. Para una prueba de 5.000 participantes superan los 40.000 euros entre chips, dorsales, medallas, trofeos, publicidad, sonido, personal, vehículos, avituallamiento, seguros, servicios... Eso es lo mínimo. De ahí, para arriba si se incluyen camisetas, vestuarios, carpas, jueces, etc. ¿Quién va a organizar carreras perdiendo dinero si no hay detrás un potente patrocinador? Una cosa es proponer un justiprecio para acotar la proliferación de carreras comerciales, y otra hacer populismo. Es curioso: su hermano cobrando desde la Federación un impuesto revolucionario a los corredores populares con la licencia de día, y él proponiendo que estos no paguen ni el precio del dorsal.