Raúl, gracias por todo lo que nos diste

Siento que ha llegado el fin de una era. Quizá porque una parte de mí siguió jugando en las botas de Guti y del propio Raúl, sintiendo como míos sus éxitos y sufriendo con ellos en las derrotas. Amigos con los que crecí como persona, como futbolista y con los que pude compartir la experiencia extraordinaria de ver el sueño de tu vida realizado. Cuelga las botas uno de esos futbolistas que dignifica la profesión, respetado y valorado por compañeros, rivales, árbitros, dirigentes y aficionados. Siempre lo dio todo cada vez que se puso la camiseta, disputó cada balón como si fuera el último minuto de una final de Champions que vas perdiendo... y si la derrota llegaba, no se le pasaba el “mosqueo” en tres días. Es un ganador nato. Dice adiós seguramente el jugador más inteligente que he visto sobre un terreno de juego. Su lectura de la situación y su toma de decisión siempre eran las correctas, iba un segundo por delante del resto.

Podría haber jugado en cualquier posición y haberlo hecho bien, su conocimiento del fútbol era completo. Pero me quedo con su talento para el gol, único y magistral. Los deportistas tendemos a pensar que cuando los focos se apagan llega la oscuridad, pero no es así. La vida te ofrece nuevos y apasionantes desafíos en los que estoy seguro que nos volveremos a encontrar. El Real Madrid es su casa y ahí es donde todo su ejemplo, experiencia y sabiduría debe ser transmitida a las próximas generaciones. Gracias por todo Raúl.