Todavía tiene muchos retos con el Madrid y con Portugal
Cristiano sigue coleccionando trofeos, uno detrás de otro. Pero para él, recibir galardones, por más importantes y numerosos que sean, es mucho más que una divertida rutina. Ayer le entregaron su cuarta Bota de Oro y se le vio feliz, como un crío con calcetines blancos, con menos nervios y con la seguridad adquirida por la experiencia de tantos actos como éste. Pero también con la misma alegría e ilusión con la que, hace siete años, recibió por primera vez este galardón en su adorada Madeira.
Tampoco se le notó la nostalgia o tristeza propias de alguien que estuviera pensando que ésta sería su última gran distinción. Al contrario. Se ha prometido a sí mismo continuar haciéndonos disfrutar con sus goles e ir ganando todo lo que pueda hasta que su bien cuidado cuerpo aguante. A la motivación propia de un ganador insaciable como es él, ahora se junta su apuesta personal de ir dando ejemplo a Cristiano Jr. para que, desde niño, aprenda lo que cuesta pero lo sabroso que es el saber transitar por el difícil camino del éxito ganado a pulso.
Para Cristiano ese camino está todavía lejos de llegar a su final. Batidos prácticamente ya todos los récords personales habidos y por haber, le resta lograr algunos retos colectivos con el Madrid, al que podrá todavía ayudar a conquistar algunos títulos más pero, sobre todo, con Portugal. Antes de retirarse, Cristiano quiere vivir con sus compatriotas la gran alegría que hasta ahora le ha fallado: conseguir algo grande para Portugal. La oportunidad más cercana será la Eurocopa del año que viene.