El fútbol puede; el baloncesto, no
Ha comenzado la Liga de baloncesto. La ACB ya no parará ningún fin de semana hasta finales de junio. Ni siquiera en Navidad o Semana Santa. Únicamente el tercer fin de semana de febrero cambiará la Liga por la Copa. Por eso los clubes están en contra del proyecto de la FIBA, que quiere poner en mitad de la temporada partidos de clasificación de las selecciones. No hay fechas libres, y punto. Tampoco entre semana. Los jueves y viernes los ocupa la Euroliga. El fútbol, en cambio, sí paraliza su Liga. Este fin de semana sin ir más lejos. Los clubes no ponen reparos en ceder a sus jugadores, pese al riesgo de lesión, como se ha hecho evidente estos días. Una fatalidad que se acepta, con todo lo que hay en juego.
El baloncesto, en cambio, ni tiene fechas para las selecciones, ni los clubes intención de ceder a nadie en plena temporada, no sea que se lastime. Esto, pese a que los mejores clubes disputan una Liga irrelevante —pueden perder 15 partidos y seguir aspirando al título— y los jugadores actúan una media de 25 minutos por partido. Los clubes deberían de entender que ahora mismo las selecciones son el motor que dinamiza el baloncesto. Éste es un deporte con un gran potencial aún sin explotar. Tiene miles de incondicionales, pero fuera hay millones de personas interesadas. Se acercan al baloncesto en contadas ocasiones, y como no lo hacen es ofreciéndoles cada fin de semana la misma película. Ya vista además, por cierto.