Que nadie se haga hoy el sueco
La historia que ilustra esta página es la historia de la vida. Españolito que en los años 50 se enamora de una bella mujer sueca y, a pesar de que aquí había ganado Ligas en el poderoso Atleti de la posguerra, prefiere apostar por el amor hasta llevar su fútbol y su sabiduría a tierras nórdicas. Allí fue maestro y recibió el premio de un alumnado disciplinado que aceptó su inferioridad en la materia para asumir que en España sabemos más de este invento. Héroe en Malmoe. Españoles por el mundo. Invento televisivo del siglo XXI, pero realidad social del siglo pasado. Por eso, hoy hay que exigir al Madrid de Benítez que honre la memoria de los compatriotas que durante décadas tuvieron el valor de coger el petate para irse a miles de kilómetros de casa...
No será fácil. Lo aviso de antemano. Los suecos son como aquel Rosenborg noruego que tanta guerra dio a finales de los años 90. No hace el frío polar que siempre se espera de esas tierras tan gélidas, pero es evidente que el furor con el que saltarán al campo los paisanos de Ibrahimovic amortiguará su evidente inferioridad manifiesta. De crío yo vi al Malmoe jugar la final de la Copa de Europa ante el Nottingham Forest. Y ojo que perdió por la mínima (1-0). Cierto que los tiempos han cambiado. La diferencia entre este Madrid y el actual Malmoe es bestial y lo normal es que veamos a Cristiano alcanzando por fin los récords goleadores de Raúl y a Isco apurando una nueva oportunidad ante la inminente vuelta de James y Bale. El derbi ya asoma...