Madrid ya no hace el tonto
Después de que los Juegos Olímpicos de 2016 se celebren en América (Río de Janeiro) y los de 2020 en Asia (Tokio), parece lógico que los de 2024 sean en Europa. De ahí que cuatro de las cinco ciudades candidatas sean europeas: París, Roma, Hamburgo y Budapest. La quinta es Los Ángeles, que ya fue sede olímpica en 1932 y 1984. Dado que las probabilidades de que los Juegos regresen a nuestro continente son máximas, Madrid debería estar. Pero esta vez nadie se lo ha planteado. Ni el Comité Olímpico Español, ni el Ayuntamiento, ni la Comunidad, ni el Estado. Mucho menos la sociedad, que ha perdido toda la confianza en el Comité Olímpico Internacional (COI). Han sido tres decepciones seguidas, a cada cual mayor.
La primera vez estuvimos cerca de ganar, incluso en cabeza tras eliminar a Nueva York y Moscú, pero París nos dejó fuera de la final por dos votos. Mala suerte. En la siguiente ocasión dejamos fuera a Chicago y Tokio, llegamos a la final, mas Río nos ganó. Cuestión de la rotación de continentes fue la explicación. A la tercera iba a ser la vencida. Sólo dos rivales: Tokio y Estambul. Japón se estremecía por los tsunami y los escapes en las centrales nucleares; Turquía no ofrecía seguridad. La bofetada aún nos duele. ¡Nos eliminó Estambul! El COI nos indicaba la puerta de salida. No nos quería. Ahora nosotros tampoco a él. No es cuestión de insistir. Detroit se presentó cinco veces seguidas (1956-1972) y nunca le dieron los Juegos.