Dieron dos clases de historia

Entre la ovación cerrada a Raúl Tamudo, con la afición en pie, y los irónicos “olés” de un sector de la grada a los jugadores del Espanyol apenas transcurrió una hora. Tiempo suficiente para que los pericos impartieran dos clases de historia: la buena y la mala. La de despedir al jugador más determinante de sus 115 años de vida y la de recibir la peor goleada liguera de todos los tiempos en casa.

Sobre el legendario Tamudo ya se pronunció la hinchada, en un aplauso unánime. Y no menos mayoritario fue el enfado por un 0-6 tan histórico como merecido: al cuarto de hora, el Real Madrid ya tenía los tres puntos. A Sergio le dio por experimentar el día menos indicado, como aquel controlador aéreo de ‘Aterriza como puedas’. Probó con una defensa de cinco exenta de automatismos, en la que incluyó a un debutante, Ciani, ante un rival que no fija sus atacantes. Así que les ganaron el centro del campo y las espaldas en todo momento. Cristiano se dio un festín ante la indolencia de un equipo sin amor propio en el que sólo se salvó Gerard Moreno, quien trató de crear fútbol de la nada, igual que antaño hacía Tamudo. El de la historia de la buena.