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Txomin Perurena lo anunció: “Ahora ataca Vilamajó”

El Caja Rural-Orbea se presentó en la Vuelta a España de 1987 sin su sprinter Mathieu Hermans y con su líder Marino Lejarreta aún corto de forma, por lo que llegó a la etapa final con el casillero de victorias a cero. Esa jornada de cierre se disputaba entre Alcalá de Henares y Madrid, igual que hoy. El circuito de la Castellana era su última oportunidad, pero no tenía velocistas. Así que su director, Txomin Perurena, se inventó un plan.

Lejarreta atacó a 20 kilómetros, ya en el circuito. El Teka se exprimió para cazar al Junco de Bérriz, porque en sus filas militaba el sprinter Alfonso Gutiérrez, que había ganado tres etapas, era líder a los puntos y, curiosamente, también el farolillo rojo.

Perurena llevaba en el coche al jefe de un banco de crédito asociado a Caja Rural. Cuando el Teka estaba a punto de atrapar a Lejarreta, Peru le dijo: “Ahora va a atacar Vilamajó”. Y así fue: el catalán arrancó a 3 kilómetros y logró la victoria. “Marino deslavazó al Teka”, explicó luego el ganador. “Hay veces que los planes salen y otras no”, comentó Perurena, que como corredor ya había vencido dos veces en Madrid, en 1968 y 1969.

Jaime Vilamajó (Tárrega, 27-11-1959) fue un buen ciclista, también pistard, que había sido campeón de España amateur. Ese triunfo fue el mejor en su palmarés, que incluye etapas en País Vasco, Setmana Catalana y Valles Mineros. Aquel Día de San Isidro, sin embargo, los focos estaban en el colombiano Lucho Herrera, el primer vencedor no europeo de la Vuelta.