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De cuando Casillas llame a Piqué antes de un partido

Hoy podría producirse esa llamada de Iker Casillas a Gerard Piqué. Ante un partido de parecida trascendencia, el entonces capitán del Real Madrid, ahora en el Oporto, tuvo el detalle, habitual entre personas educadas que comparten lugar de trabajo en ocasiones, de enviarle un ramo de flores al jugador barcelonista por el nacimiento de su segundo hijo.

Como se ha dicho hasta la saciedad, después de los piropos y los buenos deseos se impuso la realidad bronca del fútbol, donde todo el mundo se comporta como si estuviera en el fragor del combate y éste se produjera en un graderío. De modo que Piqué, que también es educado aunque la gente ahora lance denuestos contra él, le deseó a su adversario en el campo, en la liga y en las copas, que su equipo perdiera por cuatro a cero ante su eterno rival madrileño.

El deseo de Piqué se cumplió. Hoy el Barça juega contra el Atlético de Madrid, en el Manzanares. Como Piqué es más parlanchín que Iker Casillas, es posible que se sepa si se produce hoy esa llamada de venganza de su colega. Que Casillas le desee lo mismo ahora tiene una significación más baja en los decibelios de los malos deseos que los aficionados en general nos dedicamos. Por ejemplo, mi llamada a Manolete sería diferente, hoy, a la que recibiría Tomás Roncero, pues Manolete es el directamente afectado por el juego y los diversos azares de la ocasión en la que se enfrentan nuestros respectivos equipos. Casillas está ahora en el Oporto. ¿Qué se le pierde en este partido en el que Piqué, además, es parte tan directa?

Los aficionados somos aficionados siempre, aunque hayamos puesto tierra por medio. Y es seguro que en esta ocasión, a no ser que él esté jugando en la portería de su nuevo club, Casillas estará viendo, con el deseo ferviente de que pierda, al Barcelona en el Vicente Calderón. Ignoro si Casillas es tan explícito en la expresión de sus deseos como su compañero de Selección, pero éste merece (y lo entenderá) que su colega le diga lo mismo que le dijo Piqué cuando lo felicitó por el nacimiento de Sasha.

Desde luego, es lo que mandan los cánones del aficionado y lo que esperarían Tomás Roncero o Manolete que yo les dijera sobre el destino semanal (o bisemanal) de sus respectivos equipos. Yo quiero que el Madrid o el Atlético de Madrid pierdan hasta en los entrenamientos, naturalmente, pero a sus futbolistas y a los aficionados los felicitaré y les desearé lo mejor siempre, aunque sean mis más encarnizados adversarios. Así que espero que hoy Casillas se vengue de Piqué. Pero espero que no tenga que hacerlo, naturalmente, y cariñosamente.