Purito y Aru estarán arrepentidos

Se cumplió el guión, y Dumoulin pasó a ser el líder de la Vuelta. Al fin y al cabo, la crono de Burgos estaba puesta ahí para agradar a Froome, como gran contrarrelojista que es; ante su ausencia, el mejor especialista que quedaba se llevó ayer la etapa con la ventaja necesaria para coger el liderato. Pero esto, dentro de lo posible, no era muy probable hace tan sólo unos días ante la cadena de finales en alto que se avecinaba, dado que Dumoulin no es precisamente un escalador. Inició el tríptico a medio minuto del jersey rojo. Llegó la Fuente del Chivo y sólo perdió 19 segundos; en Sotres fueron 51; en la Ermita del Alba, menos aún, 27. Más que mérito de él, fueron deméritos de Aru y Purito, que le llevaron en carroza hasta las cimas.

Ahora se arrepentirán. Más Purito que Aru. Éste, al fin y al cabo, se encuentra a tres segundos de Dumoulin, y las metas de Ávila y Cercedilla están después de una cuesta en la que se puede sacar ese tiempo si la llegada no se produce en pelotón. Y si alguien quiere recurrir a la gesta, recorrido también hay. Hoy, la Quesera, un puerto inédito a 13 kilómetros de la meta; mañana, la Paramera, a 19; pasado, Cotos, a 18. Puertos, los tres, que no son duros, pero puertos al fin y al cabo. Contador ganó una Vuelta subiendo a Fuente Dé, y eso no es puerto, es una subidita. Ahora bien, hay que hacerlos duros saliendo a mil por hora, no a ritmo de globlero. Las carreras no dejan de ser lo que los ciclistas quieren, y hasta ahora Aru y Purito han querido poco.