Arena en el inicio de una gran Vuelta

Me gusta mucho que en la contrarreloj por equipos de hoy entre Puerto Banús y Marbella no se cuenten los tiempos. No me parece bien que un corredor con una escuadra fuerte le saque a sus rivales en este tipo de etapas treinta segundos o más, algo que solía ocurrir en otras carreras. El mejor de la Vuelta a España no es quien tiene mejor equipo, sino el que mejor se defiende por sí solo. El hecho de no contar tiempos para la general individual se debe al peligro de la etapa por el tramo de arena. El ciclismo, con carreteras bien asfaltadas y buenos circuitos, aún sigue siendo un deporte de riesgo. Antes nos enfrentábamos a recorridos con zonas de piedra, pero entonces se admitía. La Vuelta debe mantener el nivel de seguridad de una carrera de alto nivel.

En esta edición de la Vuelta tenemos una participación exquisita que, si no es la mejor, es de las mejores de la historia. Están corredores muy buenos que se lo toman muy en serio. Antes sólo venían para cumplir el expediente y ahora llegan para pelear. Froome, Valverde, Nairo y Purito lucharán por la general y Nibali también tiene ganas porque no lleva una buena temporada. Algún favorito puede fallar, porque a estas alturas de la campaña es difícil llegar al cien por cien. En las etapas duras veremos qué ciclistas tienen opciones de pujar por el triunfo final. También acuden corredores con el afán de preparar el Mundial de Rich­mond. En resumen, nadie viene de paseo. El espectáculo está asegurado y vamos a vivir una gran Vuelta.