Una moto más rockera
Cansancio. Hola, ¿qué tal? Yo un poco cansado tras dos semanas fuera de casa, necesito recargar pilas. Mis últimos meses han sido intensos entre los viajes a Japón después de Assen y Sachsenring, la carrera en Suzuka durante el parón del verano y las dos últimas carreras, Indy y Brno. Ha sido agotador, con cosas buenas y malas, aunque tengo que confesaros que me siento optimista. En Brno optamos por un cambio más radical, como os conté en la última columna. En Indy entendí cuál no era el camino y sentí que perdíamos el norte siguiendo unos pasos que no me beneficiaban, más bien me confundían bastante: alargamos y ablandamos la moto para obtener más grip. ¿Qué hemos hecho ahora? Rendirnos de alguna manera… Bueno, os cuento.
Cambios. Seguir luchando para conseguir más tracción como hicimos en Indy no era el camino ya que, sí, conseguía más grip pero a la misma vez me sentía más incómodo conduciendo la Yamaha y me sentía menos yo. Así que decidimos hacer una moto cómoda, como a mí me gusta, ¡más rockera! Una moto menos flexible, más dura y ágil, y a la vez la acortamos un poco para que fuera más ligera de conducir. ¡Y funcionó bastante bien! Aunque el resultado no fuera el mejor en la carrera (octavo) y mis problemas de tracción siguieran, conseguí pilotar como a mí me gusta y encontramos muchos parámetros vírgenes en la electrónica en los que nos pondremos a trabajar en Silverstone y podremos sacar más rendimiento. Conseguí entrar en meta a una distancia aceptable de Lorenzo después de un duro fin de semana en Indy.
Anécdota. ¡Va! Os cuento una anécdota graciosa que me pasó este fin de semana durante el FP4. Este finde también tuve una caída, en ese entrenamiento: perdí la rueda delantera en la frenada de la curva 12, me levanté de la tierra tras dar algunas vueltas como una croqueta y me di cuenta de que aún me daba tiempo para llegar al box y coger la segunda moto. Al mismo tiempo que lo pensaba se me plantó delante un pister, que son los que nos echan un cable cuando nos caemos y nos llevan al box en scooter. Esta vez era un hombre mayor, con una scooter roja desteñida que parecía un tanto lenta... Así que le dije con señas que se subiera de paquete y que esta vez conducía yo. Y ahí me ves, con el casco y el mono puesto, lleno de tierra, con una scooter roja hecha polvo con un hombre mayor detrás. Las gradas llenas de gente aplaudieron al hombre que iba de paquete, que no paraba de gritar y levantar las manos como si hubiera ganado la carrera, y todo esto a 24 por hora y nada más bajar de la MotoGP con puntas de 310… Un gran show que disfrutó el señor. Y a mí no me quedó otra que reír dentro del casco y rezar para que me diera tiempo a llegar. Eso sí, en el tramo final me repetía algo así como: “Ay, ay, ay, ay… ¡Más lento por favor!”.
Moto3. Si la carrera de Indy fue loca, ¡esta no se quedó corta! Nada más empezar, dos caídas en tres curvas con ocho pilotos involucrados… La peor parte se la llevaron el rookie Rodrigo, que estaba haciendo su mejor fin de semana, y Ono, el tercer piloto del equipo Leopard, que se lesionó el pie. ¡Bandera roja y luego un sprint de doce vueltas y mucha adrenalina! Al final, un excelente Antonelli lograba su primera victoria. Y Kent se dejaba otros puntitos… Tiene aún mucha ventaja pero, ¡quién sabe!
Moto2. Imparable. Ese adjetivo le queda como anillo al dedo a Zarco. En Brno fue más que nunca el piloto frío y calculador en el que se ha convertido este año, aguantando la mayor parte de la carrera con un Tito enfurecido a tan sólo 0.8 y dispuesto a luchar por el campeonato con todo. ¡Muy buena carrera del pequeño Márquez! Álex empieza a pillarle el truquillo a la categoría y consiguió una meritoria cuarta posición. Un dato: Zarco no se ha bajado del podio desde que empezó la temporada, ¡solo se quedó fuera en Qatar por un problema mecánico! ¡¡Espectacular!!
MotoGP. Durante todo el GP vimos a un sólido Jorge que demostró poder con todo y con todos. La otra cara de la moneda fue Rossi, que usó los compuestos más duros. El Doctor cometió un desliz con eso que le costó perder diez segundos al final de carrera y el liderato del Mundial, que ahora está en manos de su compañero de equipo. Aunque... ¡no les separa ni un punto! ¡Esto está que arde!