Honores a un gran club

El Athletic, por su singular aportación al fútbol, se merece todos los honores. A su quinta final en el siglo XXI, levantó un trofeo. Siendo el menos importante de todos, derrotar al Barcelona a doble partido es una heroicidad. Su partido de anoche no tuvo la brillantez del de San Mamés, pero traía los deberes hechos. Ni siquiera la inoportuna expulsión de Piqué debe servir como excusa azulgrana. El Athletic ha sido superior en la eliminatoria y sufrió anoche lo justo.

Nadie en la era Luis Enrique había noqueado al Barça a dos partidos. Los cánticos de ¡Txapeldunak! (¡Campeones!) sonaron de cine en el coliseo azulgrana en la onomástica de San Mamés. Lástima que no atronasen dos meses y medio antes en la final de Copa, con la monumental legión de seguidores que tiene, fieles como nadie. Ver levantar la Supercopa a Gurpegui, ejemplo de superación, dibujó una escena inolvidable. El Athletic es muy grande. Grandísimo.