Los ecos. Dice la leyenda que el invencible Cid Campeador ganó su última batalla después de muerto. Sin llegar a tal extremo, Alberto Contador nos ha acostumbrado a resurrecciones heroicas. Ganó aquel Giro de 2008 directamente desde la playa, ganó aquella Vuelta de 2012 con un ataque imprevisto cuando ya nadie apostaba por él, y conquistó también la del año pasado cuando todos le dábamos por cojo. Como Contador es amigo de resurgir cuando no se le espera, en los últimos días se rumoreó que podría correr la Vuelta. Son los ecos de su leyenda.

El límite. Un ciclista sólo puede disputar una grande si está entre los 14 preinscritos de su equipo. En el boletín del Tinkoff sí figuran Majka y Sagan, pero no Contador. Esta norma de la UCI acepta excepciones, aunque no parece que esta vez el Cid Contador vaya a aparecer sobre Babieca. Ya lo confirmó en Twitter: “No estaré en la Vuelta y la echaré mucho de menos, pero el cuerpo tiene un límite; con el corazón iría ahora mismo”. Tras ganar el Giro y acabar quinto el Tour, sólo tiene previsto correr en agosto dos critériums los días 16 (Bélgica) y 18 (Dinamarca).

Idilio. El último boletín que llegó a la Vuelta fue el del Sky, que apuró para incluir a Chris Froome. Los organizadores le llevan seduciendo desde el último día de la pasada edición. Entre Froome y la Vuelta hay un idilio, después de que el africano se descubriera aquí en 2011. Para terminar de encandilarle, el recorrido incluyó una contrarreloj en Burgos… La ciudad del Cid.

El añorado. Con la confirmación del ganador del Tour, la Vuelta arrancará con los cuatro primeros de Francia: Nairo (2º), Valverde (3º) y Nibali (4º). Y con dos del podio del Giro: Aru (2º) y Landa (3º). A pesar de la participación estelar, los organizadores están tristes y decepcionados por la exclusión de Luis Ángel Maté, el ciclista de Marbella que tiene incluso una placa en pleno recorrido de la crono inaugural.

A la mar. Sí estará en tierras malagueñas Edurne, que cantará el tema oficial en la presentación en Benahavís, el viernes 21. Al día siguiente, la crono mostrará las excelencias de Marbella. Los ciclistas irán a la salida en catamaranes y durante el trayecto por el paseo marítimo cubrirán 80 metros por la playa sobre una estructura especial. El podio se celebrará en una plataforma sobre el agua. Sin el Cid, pero con ganas de batalla.