Nadie podrá culpar a Collum del resultado final

William Collum repartió las tarjetas para no expulsar a nadie. Comenzó el escocés consintiendo excesivas faltas del Sevilla y dejó mal la ventaja en infracciones con el balón hacia atrás. Solamente enseñó una tarjeta en la primera parte (a Krychowiak en el minuto 14).
En los goles estuvo acertado. En el 27’ el tanto de Luis Suárez está anulado con buen criterio por fuera de juego previo de Mathieu cuando recibe el balón. En el 43’, en el 3-1, Rafinha está en posición legal cuando recibe el pase de Suárez. En el 81’ no existe fuera de juego de Immobile cuando centra, ya que viene de un saque de banda de Mariano y el remate de Konoplyanka es legal, como el gol.

En el penalti señalado al Barcelona, en el 70’, de Mathieu a Tremoulinas por agarrón, está bien señalado y además también acierta al enseñarle la amarilla. No era expulsión porque en el momento del remate hay más jugadores del Sevilla en posición más adelantada que el francés.
En la prórroga y gol del Barcelona (115’) cuando Messi golpea el balón hay una mano clara de un defensor que intercepta la pelota con el brazo en la trayectoria de la portería. Luego Pedro, tras rechace de Beto, marca legalmente ya que está habilitado por un defensa sevillista.
Lo dicho: evitó las expulsiones, incluida la última tangana, pero es cierto que en líneas generales cumplió y sacó el partido con decoro. Nadie podrá echarle la culpa del resultado final.