Valentino Rossi persigue el sueño de la décima
Contaba Valentino Rossi en la rueda de prensa previa al GP de Indianápolis que tan sólo ha descansado unos pocos días durante el parón vacacional del Mundial. Después ha continuado con su ritmo habitual de entrenamiento físico y técnico, no quiere relajarse lo más mínimo en persiguiendo su sueño. Tiene en la mano ser campeón del mundo por décima vez, una ambición que parecía se había alejado de sus posibilidades en las pasadas temporada y que ahora ha resurgido con una fuerza que muy pocos esperaban. Yo, por ejemplo, estaba convencido de que El Doctor seguiría haciendo grandes cosas, que había que contar con él como protagonista del certamen y candidato a victorias aisladas, pero desde luego no imaginaba que iba a optar como ahora lo está haciendo a una nueva corona de la clase reina.
Es así que se le ve tranquilo y muy centrado, plenamente consciente de que tiene una oportunidad única y está dispuesto a aprovecharla desde la atalaya que le da su veteranía, su astucia y, por supuesto, su talento inconmensurable. No es un chaval, cierto, pero las circunstancias se han puesto de su lado y precisamente la perspectiva que le dan sus 36 años le debe ayudar a gestionar esta segunda mitad de campeonato. Ya ha dicho que habrá carreras en las que deberá renunciar a la victoria, que utilizará la famosa calculadora para controlar el ataque de sus rivales y mantener su ventaja hasta la clausura de Valencia. Un simple punto le bastaría para alcanzar su objetivo y su apuesta por la regularidad resulta indiscutible. Puede que ya no tenga la explosividad de un atleta de velocidad, sustituida por la consistencia de un maratoniano. Y jugando con inteligencia sus cartas es probable que vuelva a hacer historia en este deporte.