El saludable vis a vis con el Madrid
Desde hace treinta años la noche del Trofeo Bernabéu tenía algo especial. Al calor del verano, con ambiente de vacaciones, hambre de fútbol en la grada... Era un saludable vis a vis de la afición con el Madrid, previo a las grandes batallas. Se vivía como un termómetro de la situación: aplausos a los fichajes, runrún con el entrenador y además preparaba al madridismo con ilusión para la temporada. El club no ganaba dinero, imagino, pero sí ganaba comunión con la afición, que es un valor que no debería olvidarse desde el despacho presidencial. Por supuesto ni hablemos de lo que supone en cuanto a honrar la memoria del magno presidente blanco.
Para el Bernabéu siempre hay que reservar una fecha. Es más, habría que trazar la pretemporada en torno al histórico Trofeo que, en sus orígenes y durante tiempo, fue la envidia de Europa. Ahora lo que prima en el club es hacer caja a más de diez horas de avión para tapar agujeros en las cuentas anuales. El año pasado no se celebró el Trofeo para ir a Florencia a jugar un bolo poco explicable, dando la espalda a miles de aficionados que esperaban venirse arriba en agosto con ‘su’ Madrid. Florentino ha dejado caer que este año sí habrá Trofeo. Seguro que va a cumplir su palabra.