Jesé toma el camino de Isco

Deulofeu y Jesé. Es difícil encontrar una pareja tan diabólica dentro y fuera del campo en las selecciones menores del fútbol español. Juntos desde la Sub-16, brillantes y revoltosos hasta la Sub-21, fueron elegidos sin debate depositarios de la herencia nacional, tan bien ganada en los últimos años, pero parecieron perderse por el camino. Perdido sigue Deulofeu tras tirar un año en el Sevilla. Veremos si el Everton, Roberto Martínez y un cambio de carácter le sacan de las tinieblas. Y perdido se vio Jesé tras una lesión de rodilla en el momento en que se le abría el cielo. Ancelotti le dio dos partidos completos en toda la Liga pasada y unos cuantos ratitos sin emoción. El fortalecimiento muscular devoró la velocidad, su principal herramienta de trabajo.

Pero el verano lo ha cambiado todo. De las lesiones de cruzado se vuelve de verdad transcurrido un año o más. Y Jesé, además, lo ha puesto todo durante sus vacaciones para llegar impecable a los ojos de Benítez. Ha acabado por ayudarle que el técnico le haya visto en el papel de nueve, donde no le imaginó Ancelotti aunque ahí había jugado en el Castilla. En ese puesto asoma un hueco de verdad porque a Benzema se le está pasando el arroz sin romper en figura y porque, liquidado Chicharito, el club no ha mostrado inquietudes por reforzar la plaza. O ha sido el propio Jesé quien ha persuadido al entrenador de que no merece la pena gastarse el dinero ahí. Y sospecho que al Bernabéu, más devoto con los nacionales (bien lo sabe Isco), le haría feliz que derrocase al francés.