El Atleti recupera ataque
No hay garantía de felicidad lejos del Manzanares. Casi al contrario, un maleficio atrapa a los que deciden irse. No hay ciencia detrás, pero son mayoría. Filipe Luis es un caso palmario. Estaba en el paraíso de rojiblanco: indiscutible, cotizado, ganando plata y títulos, arropado por un montaje que minimizaba sus carencias defensivas para potenciar su vuelo ofensivo y coreado por una pegadiza canción de fondo. Pero se dejó engatusar y huyó en desbandada al Chelsea junto a un par de compañeros. Ahora, sólo un año después, harto de suplencia y tristeza, arrepentido, el tipo regresa.
Y el Atlético debe celebrarlo. Porque aunque supo volverse indiferente a las huidas y las deserciones, sí lo pasó mal sin Filipe. No perdió sólo un carrilero, sino a su mejor baza atacante. Fue por el costado izquierdo por donde las eléctricas triangulaciones Filipe-Arda-Koke provocaban las mayores averías. Hoy el brasileño no tendrá ya cerca al turco (otro que se atreve con el maleficio) ni a Koke (el Cholo lo anuncia de pivote), pero le compensa. Y al Atlético, que no pierde en defensa, pero gana en ataque. Y mucho.