La historia de los españoles en Melbourne
En Melbourne, la colonia española asciende a más de 9.000 personas. Ahora cada vez llega más gente a probar fortuna o a estudiar inglés y están dispersados por la ciudad. Te puedes encontrar un camarero de Torrent en St. Kilda o uno de Oviedo en el centro de la ciudad. Antes, el escenario era totalmente diferente. En los años 60, los españoles hicieron su comunidad en Melbourne en Johnston Street. Allí, el padre Eduardo fundó The Spanish Club (imagen superior, en la pasada Eurocopa) y empezaron a reunirse allí. Los españoles llegaban en aviones de la compañía Qantas que fletaba el gobierno de Australia. El 8 de octubre de 1962 viajaba en uno de ellos Antonio Ros, que fue presidente del club y ahora lo es del CRE (Consejo de Residentes Españoles).
Ros aterrizó con 32 años en las antípodas y ahora tiene 84 años. Él fue un miembro activo de esa inmigración europea que, con su granito de arena, contribuyó al crecimiento del fútbol en Australia. “Aquí lo que les gusta es el pepino, me hace gracia que mucha gente diga que lo que más gusta en estas tierras es el cricket”, nos comenta en referencia al fútbol australiano.
Él, en los años 60, pidió a José Antonio Elola-Olaso (Delegado Nacional de Deportes de España) que les enviase varias equipaciones de fútbol. Les llegaron camisetas, pantalones y medias de la Selección. Todo menos las botas. “Jugábamos varias veces contra los italianos o los malteses. Unas veces se ganaba, otras se perdía”. Era todo amateur, pero esos partidillos ayudaron a que el pasado sábado 80.000 personas acudieran al Melbourne Cricket Ground a ver al Madrid.