El Tour no se toma un respiro

Después de quince etapas, aún no hemos tenido una jornada tranquila en lo que llevamos de Tour de Francia. Ayer se pensaba que sería un día sosegado y que llegaría una fuga a la meta de Valence. Pero los triunfos de etapa se venden muy caros en este Tour, y por eso no se permiten tantas escapadas. En las tres primeras horas se rodó a 47 kilómetros por hora. Eso da muestra del ritmo que se marcó en el pelotón y que hasta el martes no tendremos descanso. El Europcar, al que se le acaban las opciones de triunfo de etapa, y el Katusha fueron los equipos que trabajaron para echar la fuga abajo y convertir la etapa en una llegada ideal para los velocistas. Y así fue. Greipel está intratable en los sprints y Sagan volvió a pelear por el triunfo, pese a no lograrlo.

No me gustó Froome cuando llegó a Mende el sábado. Tiene que aprender a ser un gran campeón. Eso se ve en los pequeños detalles y debería aprender de Anquetil, Hinault, Indurain o Merckx. No debió esprintarle a Nairo por un segundo, en un acto de chulería. Un ciclista de su talla tendría que haber ido a la rueda del colombiano. Las llegadas a Gap siempre se caracterizan por las fugas y por el descenso del Col de Manse, a 10 kilómetros de meta. No se sabe si habrá fuga en esta durísima etapa. El sábado sí se permitió pero los favoritos podrían probarlo en un descenso donde se producen muchas caídas. Seguro que alguno de los grandes lo probará y Valverde puede dar alguna sorpresa. El ganador dependerá de cómo se desarrolle la carrera.