El título con el sello de Lillo y Morata como llave para Vidal

Asesor del campeón. Chile conquistó la Copa América por primera vez en su historia. Una gesta que adjudicar a un grupo de futbolistas aguerridos, más los secundarios que los principales (Alexis apenas apareció), pero fundamentalmente al montaje táctico de Jorge Sampaoli (que está loco por dirigir en España, por cierto). Los torneos cortos suelen pertenecer a los jugadores, pero esta vez fue cosa del entrenador, el tipo que diseñó sobre todo el maravilloso y sofisticado plan para minimizar a Messi a partir de que nunca lograra ponerse de frente con la pelota controlada. Y a su vez, detrás de Sampaoli, un inesperado aunque conocido oráculo: Juanma Lillo. El preparador español ha sido también, como en su momento con Pep Guardiola, el asesor continuado del técnico campeón de América. Llamadas continuas, casi diarias, del casildense al español, largas conversaciones alrededor del juego de posición, consejos varios. Lillo no dirige a este lado de Los Andes (aún), pero su nombre no ha dejado de asomar en los diarios chilenos como uno de los padres de su más importante gesta.

Cebolla Rodríguez. Va camino de establecer un récord mundial. El de militancia en el mayor número de clubes en el menor tiempo posible. Lleva un 2015 frenético. A saber, en el Atlético hasta finales de enero. De ahí al Parma, donde apenas duró mes y medio. Luego se fue al Gremio de Porto Alegre, donde jugó hasta que se incorporó con la selección de Uruguay a la Copa América. Y ahora, a cinco días de que el campeonato argentino cierre su mercado de invierno, está oficialmente preinscrito por dos clubes a la vez (San Lorenzo de Almagro e Independiente de Avellaneda), aunque sólo podrá quedarse en uno. El uruguayo va a ser capaz de correr por la banda izquierda de cuatro ligas distintas en siete meses. Lo dicho, plusmarca mundial.

Arturo Vidal. No es de la estética que uno se imagina haciendo sonreír a Florentino Pérez y si quieren tampoco sus hábitos extra futbolísticos son los que más le gustan, pero en la casa del futbolista chileno dan por seguro que en tres semanas vestirá de blanco. Ya hay maletas hechas y casa buscada. “Tranquilos, nos vamos para allá; Arturo jugará en el Real Madrid”, le insistió el miércoles a La Tercera uno de los parientes directos del jugador. Queda el sí formal de la Juventus, que está loco por el baile. Un guiño con la opción de recompra de Morata, sostiene, es la llave que falta para zanjar el acuerdo.