Iker, queda tanto por hacer...
Llegó el final de la película, de esta película. Para mí no ha sido un buen final, me hubiera gustado otro, pero los 25 años que han transcurrido durante la misma han sido casi todos maravillosos. Sobran nombres, momentos y situaciones en estos tres últimos años. No pretendo que esta columna sea una despedida porque no lo es, es sólo un cambio de vida. Recuerdas cuando en la antigua Ciudad Deportiva subías lleno de barro y te decías que un día llegarías al primer equipo, o como en aquella primera concentración compartiste sueños y consejos con Víctor Sánchez del Amo en Noruega, o cuando Toshack te dijo que debutabas en San Mamés o Camacho te llamó para confirmarte que irías a la Eurocopa de 2000 con España. Venías de ser titular y ganar tu primera Copa de Europa (la Octava). Detalles que parecen insignificantes, pero marcaron el guión de tu larga y exitosa vida en el Real Madrid y la Selección.
Debemos agradecerte tanto. No sólo los títulos, las paradas increíbles o la fidelidad a un club. También la capacidad de hacer feliz a las personas en momentos duros de este país, o ilusionar a los niños soñando con una carrera como la tuya o la contribución a engrandecer la marca España. No olvides que para millones y millones seguirás siendo un ídolo. Y en Oporto te esperan con los brazos abiertos. Como tú sabes no es el fin del mundo, es el inicio de uno nuevo. Con retos y objetivos personales y profesionales. Iker, tú sabes que aún queda tanto por hacer... Y nosotros que lo veamos y lo disfrutemos. Gracias por tanto, capitán.