El peligro no cesa en el Tour hasta París. Desde el kilómetro 1 de la ronda gala, corredores como Purito o Nairo han sufrido al estar con clasicómanos, que se encuentran cómodos en su terreno. Los favoritos deben estar adelante para evitar las caídas, aunque en este Tour no sabes dónde se pueden producir. Ayer vimos una a 800 metros de la meta y se libraron todos los favoritos menos Nibali y el propio Nairo Quintana, pero Tony Martin fue el más dañado en este percance.

Es todo un acierto la norma para proteger a los ciclistas en los últimos 3 kilómetros. Me parecería injusto que el mejor corredor de la carrera se cayera en el último kilómetro y se viera perjudicado. Sin esta medida, los afectados podían haber perdido entre 2 y 3 minutos. Así, los favoritos no sufrieron pérdidas, salvo los golpes, y espero que lo de Nibali no sea nada, ya que el corredor italiano ha demostrado que está en forma. En un final en repecho, también vimos bien a Purito y a Froome: dan señales de que llegan fuertes a la montaña. Esto le viene bien al catalán, que cuando logró el podio en 2013, tuvo unas etapas complicadas en los Pirineos y luego supo remontar en los Alpes. Hasta la primera etapa de montaña con final en alto no sabremos quién es el más fuerte. Recuerdo que en el Tour de 1994 Toni Rominger fue como un avión en la primera semana. Pero en la crono y en el primer día de montaña, Miguel Indurain eliminó al corredor suizo de la lucha por la general. La montaña nos aclarará muchas dudas que tenemos.