Clásico moderno desde el 0-5 de 1993
La famosa tapa negra de El Gráfico quedó para siempre como el epílogo de aquel 0-5 de Colombia a Argentina en Buenos Aires en 1993. Argentina venía de ganar dos Copas de América en 1991 y 1993, y aquello encumbró a una generación colombiana con Valderrama, Rincón y Asprilla, que sumió a la albiceleste en el desencanto y, sobre todo, hizo aparecer un clásico moderno. Desde entonces es ya un partido cumbre, esperado, algo impensable cuando maestros ídolos argentinos se habían marchado a Colombia como método de enseñanza. Di Stefano fue uno de ellos, y desde Millonarios llegó a Europa. Ahora llega otra edición, con Argentina muy por encima de esta Colombia dura, violenta, que ha representado poco a aquel estilo que un día humilló a Argentina y que tiene la carencia evidente de un conductor. Curioso que en un equipo con James, Cuadrado y la gran nómina de delanteros que tiene Colombia se eche de menos a un modesto como Aguilar, pero es así. 1993 no fue sólo el del 0-5, fue el año del último título argentino. Más presión para la mejor generación de delanteros de la historia del país con Messi al frente.