Contador honra el ciclismo

Contador fue a la Ruta del Sur a ver cómo estaba después del Giro, “para coger ese punto que te activa el cuerpo”, decía. Quintana, más o menos lo mismo. Los grandes ciclistas suelen reservar lo mejor de sí mismos para las carreras más importantes, y lo que hacen en las pruebas menores es rodar, acumular kilómetros y hacer entrenamientos de calidad. Rara vez disputan los triunfos. Merckx era la excepción, y por eso le llamaban el Caníbal. Contador también lo es un poco. Rodar en carrera le gusta lo justo. Dice que va a probarse, y en cuanto ve que tiene la oportunidad de ganar, se lanza. Ayer le volvió a pasar, y como Quintana no quiso quedarse atrás, asistimos a un auténtico duelo. El asalto fue para Contador. El esfuerzo mereció la pena.

La victoria le da confianza a Contador, y crea dudas en Quintana. En el Tour va a haber dos etapas parecidas a la de ayer. Una es la 16ª, con la meta a 12 kilómetros del col de Manse, todos en descenso. Otra es la 18ª: tras coronar el coloso Glandon, hay 19 kilómetros de bajada, y la meta quedará sólo a 20, con un pequeño puerto de segunda entre medias. Será territorio Contador. Ahora vienen dos semanas de descanso. Las últimas antes del Tour. Contador llega pletórico. A su estilo. Sin reservarse. Con un quinto puesto como peor clasificación. Sus rivales tienen un 83º (Quintana en la Lieja), un 65º (Nibali en la Amstel) y un 123º (Froome en la Flecha Valona). Eso sí que es reservarse. Contador, no. Contador honra el ciclismo. Es puro espectáculo.