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Un arbitraje sin peros

No se pueden poner muchos peros al arbitraje del inglés Martin Atkinson, que empezó el partido dejando dos entradas peligrosas, sobre todo, la de Mbia y no tanto la de Fedorchuk. Analizando el mismo encontramos que en el minuto 5 parece que Rotan toca el pie de Reyes; el sevillista cae, pero no hay contacto. También en el 17’ Kankava toca el pie de Reyes en una disputa dentro del área. Cae, pero creo que no era para señalar penalti y más con lo bien que sabe caerse el sevillista. No hubo intensidad en la entrada. Luego, en el 31’, cuando Reyes le pasa el balón a Bacca, el colombiano arranca en posición correcta y consigue marcar. Gol legal. En el 43’, Reyes se deja caer al borde del área, no dentro. No existe penalti.

En el 47’ hay un pase de Reyes a Bacca, quien se queda solo, pero hay fuera de juego. Bien señalado. En el 68’ hay una acción que en primera instancia parece penalti de Matheus cuando Vitolo, en carrera, cae dentro del área. En la repetición se aprecia que tropieza con el jugador del Dnipro y cae. No hay penalti y el árbitro estaba cerca, de las pocas veces que estaba cerca. En el 73’, Vitolo pasa a Bacca en posición correcta y marca. Gol legal.

En el 77’, Aleix Vidal cae en el área sin que Douglas le derribe. Más bien, el impulso que puso en la carrera fue lo que provocó la caída. No hay penalti.

Atkinson acertó en todas las jugadas conflictivas en las áreas y hubo cinco acciones discutibles. Estuvo bien en la dirección del juego. Su único fallo fue seguirlo a bastante distancia.

Disciplinariamente estuvo mejor en la segunda parte, y hasta amonestó correctamente a Bacca, que cuando marcó se puso la bandera de Colombia por los hombros, algo prohibido en el reglamento. Atkinson aceptó el juego fuerte y viril en la disputa del balón. Cumplió con holgura en su última final como árbitro internacional.