Póquer de corazones
Único. El Sevilla es único en su especie y, como tal, es el único equipo de Europa que tiene cuatro UEFA-Europa League en sus vitrinas. Un póquer de corazones, de amor inexcusable a esta competición que en la entidad de Nervión se respeta como en ninguna parte. Existía el dicho en la Francia de hace dos siglos, de que el sombrero de Napoleón en el campo de batalla valía por 50.000 hombres. Habrá que empezar a preguntarse a cuánto equivale el escudo del Sevilla, el de toda la vida y el que lució anoche en Varsovia, en los terrenos de juego del Viejo Continente.
Café de Colombia. Bacca siempre habla de Dios y es al que le agradece todo lo que consigue. Un hombre que llegó en verano de 2013 para sustituir, junto a Gameiro, el vacío que dejaba Negredo. El 9 del Sevilla, que ha batido su récord de goles esta temporada, que marcó los dos goles de la victoria en la final, todavía tiene que soportar el runrún de que este año no ha estado bien. El Sevilla y su afición firma de por vida que el delantero de la selección de Colombia viva permanentemente en esta baja forma.
Embajador. Decía Krychowiak que esperaba que los polacos animaran al Sevilla, pero ni siquiera hizo falta gracias al despliegue de cánticos y ánimo que la afición del Sevilla hizo durante todo el partido. Estuvo motivado el polaco, que marcó el primer gol de la final para los rojos, el que empataba un partido que se había puesto cuesta arriba, del mismo modo que marcó el primer gol de los de Nervión en la competición a mediados del pasado mes de septiembre. El Feyenoord perdía en Nervión 2-0 y Krychowiak iniciaba un camino que difícilmente imaginaría que lo terminaría llevando a su casa, a su patria, donde se proclamó campeón.
Amor verdadero. Volvió el abuelo, ese personaje ficticio inventado por la afición sevillista para representar al propio club en los tifos. Nació en 2005, año del centenario, con la leyenda “Los años te hacen más grande”. Estuvo en Eindhoven, reafirmando su grandeza, en Glasgow, en una Vespa en Turín y en Varsovia abrazado a la Copa de la UEFA jurándole amor eterno. La leyenda no pudo ser más acertada: “True Love”; amor verdadero.
España. Aleix Vidal está para la Selección y para que Del Bosque lo ponga donde le dé la gana. Cuando fichó para el filial del Almería, a Lucas Alcaraz le dijeron que, por contrato, tenía que hacer diez días de pretemporada con el primer equipo. A los dos días Alcaraz llamó al club diciendo que cómo iba a volver al filial si era el mejor que tenía. De cantera también sabe algo Sergio Rico, que hace nueve meses defendía la portería del filial ante el Arroyo en partido del grupo IV de Segunda B. Crecimiento desbocado de un portero que cada día que pasa es mejor, que nada pudo hacer en los goles y que hizo un paradón a Konoplyanka.
Regreso. Con una sonrisa se hace todo más liviano, incluso los viajes de vuelta de muchos sevillistas que tras el partido tuvieron que conducir a las ciudades más variopintas para coger sus vuelos. Muchos volvieron desde Varsovia, otros desde Berlín, otros desde Kaunas... Y otros en autobús. Con una sonrisa y con una copa de más. La noche fue larga y hoy se barrunta un fin de fiesta en Nervión de la afición con su equipo y, sobre todo, con su director deportivo y su entrenador. Dos colosos que han engrandecido al Sevilla.