Un acertado experimento con vistas al futuro
Dice Alejandro Agag que, poco a poco, irán convenciendo a la gente con los argumentos de su Fórmula E. Pues que me ponga en esa lista de los que debe evangelizar, porque tengo que confesar que, a día de hoy, no estoy nada enganchado a este campeonato de monoplazas eléctricos. Por supuesto que entiendo que las energías alternativas son el futuro de la industria de la automoción y admito que llegarán algún día también al mundo de la competición, pero hoy se me hace muy cuesta arriba pensar en carreras sin el sonido de un buen motor (hasta me vale el descafeinado de los actuales Fórmula 1) que consuma combustible (ya he aceptado lo de los diésel, que en su momento también me costó) para obtener el mayor rendimiento posible. Quizá es que cumpliendo años me he convertido en un romántico demodé, pero es así como concibo las carreras....
Dejando así claro mi posicionamiento, no puedo dejar de admitir que el equipo que lidera Agag está realizando un excelente trabajo para posicionar su certamen. Principalmente porque es un producto complejo de vender, con muchos condicionantes y tradición nula entre los aficionados, que en su mayoría (como yo) esperan otra cosa de una carrera de coches o de motos. Me parece un acertado experimento de futuro, están sentando las bases de lo que quizá se imponga dentro de unos años y en ese sentido nada que objetar. Al contrario, ya digo que creo que han conseguido convertir en realidad lo que muchos, y en esto ya no me incluyo, consideraban inviable. Su asignatura pendiente, como señala su promotor, en España es la transmisión en televisión, la clandestinidad en las ondas no beneficia en absoluto a la popularidad de esta disciplina revolucionaria.