Fue bonito mientras duró...

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Soberbia la primera mitad del Espanyol, aunque paradójicamente las ocasiones (y el gol de Stuani, el único perico capaz de marcarle al Madrid en Cornellà) llegaron tras la reanudación. El planteamiento inédito de Sergio González funcionó, cohesionó al grupo y, pese a contar con hasta ocho jugadores de corte defensivo, trianguló, se multiplicó en ayudas y combinó como pocas veces. Fue la primera parte que le faltó a los pericos a las puertas de la final de la Copa, ante el Athletic, o en el derbi. La gran noche (en esta ocasión, tarde) de Cornellà que estuvo a punto de hacerse realidad. Fue bonito mientras duró.
Tras el descanso, achucharon los blancos y los pericos, aunque teóricamente más frescos, acusaron el desgaste de esos primeros 45 minutos para enmarcar. Las opciones de ir a Europa se esfuman, por mucho que aún es matemáticamente posible, aunque nadie le puede arrebatar al Espanyol su mérito de haber ilusionado hasta el final. “Soñar en grande”, como el lema de la experica Vero Boquete, campeona de Europa.



