En busca de la unidad que compre el billete a Berlín
Respeto. Hoy Iker Casillas jugará su partido número 150 en la UEFA Champions League. Tiene como patrimonio tres Champions, un Mundial, dos Eurocopas, cinco Ligas, dos Copas del Rey, cinco Supercopas… y él mismo es patrimonio del Real Madrid. Los símbolos son los que mantienen la fe de la grada en el fútbol y él lo ha dejado de ser. Del adorable guardameta y San Iker ha pasado a ser pitado. Sin memoria, éste no es país para viejos.
L’uomo calmo. “Antes de decir una sola palabra debía haberse quedado mudo”, dijo Ancelotti del representante de Bale, Jonathan Barnett, que acusó a sus compañeros de no pasarle el balón. Porque, según el técnico italiano: “Bale quiere a sus compañeros y sus compañeros a él”. Y de Iker dijo: “Es el capitán y se le tiene que tener respeto”. Así sucesivamente fue Ancelotti, el hombre más tranquilo del mundo, apagando fuegos e invocando una y otra vez: “unión”, “unidos”, “unidad”.
A un gol. Un solo gol lleva al Real Madrid a Berlín. El equipo de Ancelotti ha marcado al menos un gol en cada uno de los 52 últimos partidos en el Bernabéu. Y el gol es el que divide las sensaciones que transmiten sus aficionados: los que confían y los que temen uno en contra. Los que creen en su equipo y los que creen en los rumores. Veinte finales suman Real Madrid y Juventus. Partido ‘gordo’ y llamamiento a la afición. Para hoy en la previa, a los que dudan, se les tendría que haber pasado.
Con estilo. La Juve tiene una sólida defensa, de toda la vida. Sus jugadores tienen una media que supera los 30, no sorprende la veteranía que es un rasgo propio de los equipos italianos que compiten en Europa. De Pirlo, poco más que decir, su edad limita su físico, pero su inteligencia futbolística aún le hace temible. De Tévez, delantero insaciable le pongas delante a quien le pongas, tampoco. Un estilo claro más allá del sistema. Por tanto previsible, y habrá que sacarle partido.
Millonario. Jonas Eriksson fue un visionario. Confió en la empresa de comercialización de derechos deportivos en la que trabajaba (IEC in Sports) e invirtió hasta tener el 15%. Fue tan bien o mejor de lo que pensaba. Con ingresos multiplicados, fue comprada y recibió 10 millones de euros. Mientras se hacía millonario, también se hacía árbitro internacional. Pitar es lo que le gusta. Hoy el sueco lo hará por tercera vez al Real Madrid que ganó a Zenit y Ajax en los dos partidos previos.