Eriksson, árbitro amable y estricto
Ni Madrid ni Juve ha perdido con Jonas Eriksson las dos veces que le ha pitado a cada uno. El sueco nació el 28 de marzo de 1974. Es un exfutbolista reconvertido a árbitro. Debutó en la Champions en diciembre de 2008 (en un Madrid-Zenit, 3-0). El otro partido que pitó a los blancos fue en Ámsterdam (1-4) en 2012. Sólo ha dirigido una semifinal, la ida del año pasado entre Atlético y Chelsea. Estuvo bien. También pitó tres partidos en el Mundial de Brasil. Es el colegiado más solvente económicamente. Tras comprar el 15% de una empresa de derechos deportivos y venderla después, tiene un capital aproximado de 12 millones. Siempre ha dicho que pita por afición. Es de carácter amable. Dirige con guante de seda y mano de hierro cuando el partido se endurece. Se faja bien si hay juego subterráneo y no duda en ser duro disciplinariamente. Por sacarle algún punto débil, diremos que son las áreas, y su condición física, que suple con una excelente colocación. Le van los ambientes calientes. Si le dejan, lo hará bien.