Ramos mostró el camino...

Tomás Roncero
Nació en Villarrubia de los Ojos en 1965. Subdirector de AS, colaborador del Carrusel y El Larguero y tertuliano de El Chiringuito. Cubrió los Juegos de Barcelona 92 y Atlanta 96, y los Mundiales de Italia 90, EE UU 94 y Francia 98. Autor de cuatro libros: Quinta del Buitre, El Gran Partido, Hala Madrid y Eso no estaba en mi libro del Real Madrid.
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El Clavo Ardiendo empezó de verdad en la jornada 26 de aquella Liga mágica. El 10 de marzo, el Barça recibía al Madrid en el Camp Nou. Muchos lo veían como un descabello. Un triunfo azulgrana dejaba a los blancos a ocho puntos. El Sport titulaba en portada: ‘Soñamos con un 5-0’. Pero en aquel Madrid estaban guerreros como Salgado, Helguera, Diarra, Higuaín, Raúl... ¡Y Sergio Ramos! El camero era un niño de 21 años y, tras una falta magistral de Guti en el minuto 72, heló el Camp Nou con su cabezazo. Era el 2-3...

Aunque luego empatase Messi, quedarse a cinco puntos en la tabla con doce jornadas por delante alimentó el orgullo madridista y ese Clavo Ardiendo al que Casillas y Ramos se adhirieron en AS con dos portadas sublimes. Los jugadores creyeron, la afición también (Toñín El Torero lideraba la revolución) y hasta Capello abandonó su pragmatismo para dejarse llevar por aquella bendita locura. Luego llegaron los goles del Pipita al Espanyol, de Roberto Carlos en Huelva, de Ruud en Zaragoza, el inolvidable de Tamudo en Can Barça y el doblete de Reyes al Mallorca. Fue la Liga de la fe. Una Liga que se puede repetir...

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