ATP y Davis son mundos opuestos
Pablo Andújar dio ayer el golpe de su vida. Mejor dicho, lo dio el viernes al ganar a Fognini y, sobre todo, el sábado al derrotar a Ferrer y plantarse en la final del Godó. Eso le supuso 208.600 euros. En un solo torneo se embolsó el doble de dinero que en todo lo que va de temporada. Es lo justo por ser finalista. Lo raro es que llevara ganados 106.529 dólares tras haber sido eliminado en ocho torneos a la primera y en tres, a la segunda. El tenis paga muy bien a los jugadores aunque pierdan. Por eso se resisten a jugar la Davis. Perder en la primera ronda en Barcelona se pagaba a 7.000 euros, que es más de lo que la Federación paga a los jugadores por convocarles para la Davis. Los jugadores dicen que no es cuestión de dinero, sino de autoestima y reconocimiento.
Aunque hay quien se siente valorado cuando le llaman para la Davis. Andújar es precisamente uno de ellos. Otros, no. Carreño, por ejemplo (tres puestos por delante de Andújar en la ATP). Prefirió jugar en Sevilla antes que en la Davis. Curioso su periplo este año, más recaudatorio que brillante. Viajó a Chennai, donde cobró 7.030 dólares por perder en segunda ronda; de ahí a Auckland, (8.090$, segunda ronda), Australia (34.500, primera), Sao Paulo (4.590, primera), Río (18.020, segunda), Buenos Aires (5.165, primera), Los Angeles (10.485, primera), Miami (10.485, primera), Casablanca (4.535, primera), Montecarlo (11.650, primera) y Barcelona (7.612, primera). Total, tres partidos ganados, once perdidos, y 122.162 dólares. ¡Como para jugar la Davis!