Oblak hizo bueno el plan de Simeone
Oblak, con una exhibición que cierra cualquier debate en la portería para varios años, permitió que a Simeone le saliera bien el plan. Sufriendo más de lo necesario en una primera parte catastrófica de su mediocampo, pero llega con media sonrisa al Bernabéu, con un resultado que hubiera firmado antes de empezar. No lo duden. Volvamos a Oblak, al que se llevábamos siete meses intentando encontrarle las similitudes con Courtois y, a base de mirarle con cariño, ya se nos da un aire (lejano): mejor cuando el sol más calienta, edad insultante (22 años) y esa cara de chaval empanado al que hay que querer. Esta vez, a diferencia de lo sucedido con Giménez, el Cholo apostó por los méritos y no por los galones y acertó de pleno.
Después de que el portero esloveno ganase duelos cara a cara como para acabarse el Mortal Kombat en 45 minutos, el Atleti espabiló y en la segunda parte controló la situación. Bueno, todo lo controlada que puede estar una situación que implique a Mandzukic y Ramos. El croata pudo salir a hombros, expulsado o en camilla, pero fue un tormento para el Madrid y fulminó las dudas sobre su actitud a martillazos. El de Camas jugó con fuego y, como suele sucederle, no se quemó. Tiene dos superpoderes: es ignífugo e invisible. Al final, mientras todos se golpeaban, el que pilló fue Marcelo, que pasaba por allí. La baja en la vuelta del lateral brasileño, tormento habitual para el Atleti, fue un bonus a un partido que acabó como el Cholo quería. Una vez más.