De Spencer a Pedrosa pasando por Hayden
Hasta comienzos de los años 90 lo que por entonces se diagnosticaba como una simple tendinitis era capaz de retirar a pilotos de motos. Recuerdo casi como una tragedia cuando Freddie Spencer, uno de los ídolos de la adolescencia, tuvo que abandonar las carreras porque sus antebrazos le impedían competir al máximo nivel. La dolencia evolucionó hasta lo que conocemos ahora como síndrome compartimental, una denominación más precisa para una patología que sigue dando muchos quebraderos de cabeza a determinados deportistas, especialmente aquéllos que someten a una exigencia extrema y repetitiva a sus brazos. El asunto cobra actualidad de cuando en cuando al pasar factura a alguna estrella de los grandes premios, como acaba de ocurrir con Dani Pedrosa.
A diferencia de dos décadas atrás, la ventaja ahora es que el síndrome compartimental tiene ya tratamiento y resulta efectivo en la mayoría de los casos. En algunos especiales, como el del piloto de Honda en MotoGP, se hace necesaria una cirugía más agresiva, tal y como nos explicaba dos días atrás el doctor Ángel Villamor. Nicky Hayden estuvo a punto de verse obligado a decir adiós al Mundial el pasado año y se salvó de la catástrofe con esta técnica que aplican unos pocos especialistas en el mundo. La solución, por tanto, existe y sólo nos queda saber hasta dónde está dispuesto a llegar Pedrosa por continuar en la competición. Mi impresión es que la respuesta no tardará mucho en llegar, pronto sabremos qué decide y si su continuidad en el motociclismo está realmente el peligro. Ojalá que el desenlace sea el que todos deseamos…