Cal se juega el sueldo de un año
David Cal es un gran deportista. El mejor en cuanto a número de medallas olímpicas. Nadie tiene más que él: cinco. Es también un deportista atípico. No es de los que se cuiden todo el año para luego ganar medallas en los Juegos, en los Mundiales o en los Europeos. Al menos en los últimos tiempos. Fuera de competición se le puede ver con sobrepeso y meses después, con diez kilos menos. Antes se lo podía permitir; ahora comienza a pasarle factura. Desde que ganara la plata en Londres 12 no ha vuelto a subir a los podios. No es de extrañar, por tanto, que lo quiera dejar. Es también un tipo tan sencillo como entrañable, y confesó sus intenciones a Alejandro Blanco, presidente del COE. Eso sí, le va a costar el sueldo de todo un año.
Un deportista deja de recibir todo tipo de becas cuando se retira por muy multimedallista que sea. Las becas (eufemismo de dinero contante y sonante) son para que pueda entrenarse con plena dedicación. Están además los patrocinios, ligados también a la actividad del deportista. La compensación económica termina cuando el deportista se retira o sus resultados no alcanzan el baremo mínimo estipulado en las becas. Se ha dado el caso de atletas que viéndose a punto de perder la beca se han quedado embarazadas, y de esta manera la han seguido recibiendo al menos un año más. Cal, al confesar su retirada, pondría fin a sus ingresos. En juego pueden estar 60.000 euros... o más. Hoy nos desvelará su futuro.