El preocupado es el Madrid

La reacción instantánea cuando Riedle sacó la bola del Madrid como rival del Atleti fue pereza. No miedo, como hubiera sido en otra época, simple pereza. Porque ocho derbis en una temporada son demasiados, una sucesión ya aburrida de pullas y bromas gastadas, de tensión en el grupo de amigos, de recordar Lisboa como si nada hubiera sucedido entre medias. Pero sí ha sucedido. Vaya si ha sucedido. Si al Atleti y a su afición no les gusta el derbi de Champions, no es por lo deportivo. Obviamente, había equipos mucho más flojos (Mónaco y Oporto) y siempre apetece más en Europa jugar contra rivales poco habituales, pero los antecedentes ponen a los del Cholo en situación de dominio psicológico antes de comenzar la eliminatoria.

Van seis derbis esta temporada y el Atleti no ha perdido ninguno. Dos empates y cuatro victorias, incluyendo el baño de hace poco más de un mes en Liga. Los dos cruces a doble partido (Supercopa y Copa) los ganó el Atleti y Simeone ha convertido en hábito poner trampas en las que siempre cae Ancelotti. Ambos llegarán en línea ascendente, saliendo de un bache que superaron por mero instinto de supervivencia y, pese a los precedentes, el Madrid en Champions siempre es favorito. Así debe ser y el Atleti, encantado. Pero si la primera reacción en los atléticos fue pereza, en los madridistas de mi entorno fue preocupación. Enorme preocupación. Los tiempos han cambiado.