Ferrándiz, universal y madridista
El Madrid ha hecho socio de honor a Pedro Ferrándiz. Se trata de una consideración suprema, porque en el club no hay muchos socios de honor, y los españoles a los que ha querido distinguir son universales: Plácido Domingo, Julio Iglesias, Del Bosque, Nadal, Alonso y Sergio García. Ferrándiz comparte con ellos dos premisas fundamentales para el nombramiento: la universalidad y el madridismo. Ferrándiz cumple sobradamente ambas condiciones. Es universal, como lo acredita haber recibido el Collar de la Orden Olímpica del COI, ser miembro del Naismith Memorial Basketball Hall of Fame, haber sido nombrado Entrenador Inmortal por parte de la ULEB y tener la Orden del Mérito de la FIBA. Respecto a su madridismo, está fuera de toda duda.
Tiene, además, una diferencia con el resto, que sólo comparte con Del Bosque: haber trabajado para el Madrid, y con tanta eficacia que como entrenador ganó cuatro Copas de Europa, doce Ligas y once Copas de baloncesto. Por eso lo de socio de honor, la verdad, le viene pequeño. Pocas personas, poquísimas si es que hay alguna, han ganado tantos títulos en el Madrid. Diríase incluso que en cualquier equipo del mundo. Son veintisiete títulos de la máxima categoría. Ferrándiz se merece estar un escalón por encima de quienes han sido declarados socios de honor debido principalmente a su popularidad. Ferrándiz es un sabio del baloncesto, mas ahora sitúa su prudencia por encima de sus conocimientos. Bien haría el Madrid en aprovecharlos.