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La tecnología avanza, pero la receta sigue siendo la misma

La culpa. Es innato que cuando las cosas van mal en cualquier colectivo se busque antes al culpable que la solución. Puede parecer que son conceptos relacionados, pero no necesariamente tiene que ser siempre así. En el mundo del fútbol, el problema es cíclico y la solución monolítica: “La culpa es de los medios de comunicación” es la receta habitual. No se trata aquí de decir que todo es perfecto, porque todo el mundo se equivoca, pero de ahí a imaginar campañas va un mundo. En un tiempo en el que la información vuela de un punto a otro del planeta en cuestión de segundos y en el que todo el mundo puede tener y expresar su opinión que siga siendo válida la cantinela de matar al mensajero es para que nos lo hagamos mirar.

Respeto al público. A no ser que en el minuto 80 del partido entre el Madrid y el Schalke se repartieran por la grada del Bernabéu ediciones de urgencia de los diarios deportivos criticando el partido del equipo blanco no veo en qué medida la pitada a los de Ancelotti pudo estar inspirada en extrañas campañas de prensa. La gente toma sus decisiones según lo que ve y sólo hay que darse una vuelta por los comentarios de las noticias en las páginas web para ver que en la mayoría de casos el trabajo de los columnistas no es precisamente aplaudido. El público tiene su criterio, tan respetable como el de los directivos, presidentes y cualquier medio de comunicación.

La prueba. Si las Redes Sociales sirven para algo, es para comprobar una tendencia en el estado de ánimo de sus usuarios (que no es la de todo el mundo) y tras el partido del Madrid, habían críticas más feroces al equipo en Twitter que en los diarios del día siguiente.

Sacar lo peor. La consecuencia de estas pugnas es que acaban por sacar lo peor de cada uno. Si con este tipo de intervenciones públicas lo que se pretende es hacer una llamada a la paz o rebajar la tensión, estamos todos muy equivocados. Un repaso a las reacciones después de cada una de esas supuestas llamadas a la tranquilidad demuestran que el efecto que producen es todo lo contrario. En el mundo del fútbol, por muchos cachivaches modernos que aparezcan, está todo inventado. Cuando el equipo vuelva a ganar, volverá todo a la normalidad. Hasta la próxima crisis.